Cáncer de tronco y ramas (Nectria galligena, Fusarium episphaeria, Phytophthora boehmeria)
a). Distribución e importancia. La enfermedad se distribuye en toda la zona aguacatera, preferen- temente en las áreas templado-cálidas, siendo menos intensa en las frías. Es importante por la rapidez con que se desarrolla y por el daño que causa alrededor del tronco, ya que en menos de un año puede llegar a matar al árbol sin importar la edad del mismo. Reduce su vigor y el árbol produce frutos pequeños y de mala calidad.
Los municipios de Michoacán donde se localiza la mayor incidencia de árboles enfermos son: Uruapan con 10 por ciento, Nuevo Parangaricutiro 17, Villa Escalante 18, Ziracuaretiro 29 y Tingambato 2 por ciento.
b). Síntomas. El cáncer se manifiesta principalmente en troncos y en menor grado en ramas, el hongo penetra por heridas y aberturas naturales, manifestándose como manchas acuosas de 1 centímetro cuadrado, de coloración obscura y de crecimiento progresivo, llegando a invadir y dañar al tronco en forma parcial o total. En la parte central de las lesiones se observa el escurrimiento de un líquidoviscososdecolorcaféclaroacompañadodeunasupuraciónblanquecina. Lossíntomasfoliares se detectan cuando el daño en troncos tiene un avance mayor del 50 por ciento de la circunferencia total del árbol, mismos que se manifiestan en un debilitamiento del árbol, con la producción de hojas y frutos pequeños para finalmente marchitarse y morir.
Condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad. El desarrollo del cáncer se ve favorecido por las altas humedades ambientales del 80 a 100 por ciento, temperaturas superiores a 18 grados centígrados, suelos mal drenados, huertas con poca ventilación, sombreadas y maleza alta; además de un pH ácido en el suelo, inferior a 5. La enfermedad se disemina a través del aire, escorrentía del agua de lluvia, riegos y por medio de los implementos de labranza.
c). Control químico. Para combatir esta enfermedad, se recomienda hacer aspersiones de fungicidas cubriendo troncos y ramas. Desinfectar las cepas antes de plantar con productos químicos como el bromuro de metilo en dosis de media libra (226 g) por cepa o formol comercial al 38 por ciento en dosis de dos litros por cada 100 de agua y aplicar de 20 a 30 litros de esta mezcla por cepa; llevar a cabo tratamientos preventivos, durante la temporada de lluvias, aplicando con bomba de mochila desde la base del tronco y hasta 2 metros de altura, una solución de: 500 centímetros cúbicos de Saprol, 2 kilos de sulfato de cobre tribásico y 200 centímetros cúbicos de Inex-A, todo diluído en 200 litros de agua.
d). Control quirúrgico. Otra forma de control es mediante la cirugía en el tronco, la cual consiste en raspar el área del tronco donde se presenta la lesión, hasta eliminar el tejido afectado, hecho esto, aplicar pasta bordelesa o Benlate, éste último en dosis de 1 gramo por litro de agua.
e). Control cultural. Evitar que los troncos sufran daños mecánicos a causa de la maquinaria o equipo de labranza. El agua de riego por micro o macroaspersión crea condiciones para el desarrollo delaenfermedad, porloquedebehacerseunbuenmanejodelriego, asícomoevitarencharcamientos, haciendo un drenaje superficial e interno del suelo. Hacer podas de reducción y aclareo para permitir la entrada de luz y ventilación, mantener la maleza bajo control e incorporar al suelo los residuos orgánicos.s