Proveniente de Asía, el escarabajo
ambrosia del laurel rojo (Xyleborus glabratus) ha dado muestras de su
potencial dañino en Florida, Estados Unidos, donde ha atacado distintas
variedades de árboles de la familia de las lauráceas, entre ellas el
aguacate, a las cuales sencillamente lleva a la muerte.
Por la proximidad territorial, México ha
emprendido acciones para la detección y posterior control biológico del
insecto, en una labor en la que participan diversas instituciones. Fue
así que a inicios de noviembre de 2014 se llevó a cabo en las
instalaciones del Instituto de Ecología (INECOL), en Xalapa, un taller
informativo en el que diversos expertos de distintos países
intercambiaron sus experiencias con el escarabajo ambrosia, a fin de
detener su paso destructivo.
Una de los científicos participantes, la
doctora Larissa Guillén Conde, investigadora del INECOL, explica en
entrevista que al taller internacional acudieron expertos tanto en
hongos, como en plantas e insectos provenientes de Sudáfrica, Israel y
Estados Unidos, quienes compartieron su conocimiento sobre la
problemática originada por el insecto.
La biología de una plaga
La doctora Guillén Conde señala que la
hembra del Xyleborus glabratus llega a los troncos de las lauráceas, los
barrena y transmite un hongo que se aloja en su boca llamado Raffaelea
laurícola y que se reproduce en el hueco generado; para el insecto es
muy importante la acción, pues es su alimento y para sus crías. El
problema inicia cuando el árbol que los hospeda detecta al hongo y
reacciona violentamente bloqueando su xilema (sistema de circulación que
lleva agua a toda la estructura), de manera que su vida se irá
consumiendo, en un lapso aproximado de un mes.
“Los huevos del insecto eclosionan en el
árbol, pasan por la etapa como larva y llegan a la edad adulta, como
hembras y machos, y se reproducen entre ellos siendo hermanos, de manera
que no tienen necesidad de salir del árbol, pues ahí tienen cómo
alimentarse y cómo reproducirse; sólo abandonan al hospedero cuando
tienen necesidad de invadir otro árbol.
“Es por ello que en Florida están
devastando los bosques y en especial al aguacate”, detalla la
investigadora del INECOL. Agrega que el problema cobra importancia para
México porque se ha detectado la presencia de otro escarabajo
(Euwallacea fornicatus) en California (Estados Unidos) que también ha
manifestado su potencial dañino en los árboles de aguacate de esa
entidad.
La doctora Guillén Conde participa en el
trabajo científico de ambos escarabajos desde su experiencia en la
ecología química, es decir, estudia todas las interacciones entre
insectos a través de sustancias químicas emitidas por ellos mismos o de
otros organismos vivos, llamadas semio-químicos, como las feromonas para
atraer al sexo opuesto.
“Se investigan volátiles en diversos
tipos de las lauráceas que pueden ser atrayentes para los escarabajos y
con ellos elaborar sebos artificiales que sean empleados en trampeo o
monitoreo para control de la plaga”, explica la especialista de INECOL.
Agrega que la Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) ha emitido
boletines informativos sobre las plagas y que actualmente la Secretaría
de Media Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) trabaja en bosques de
la frontera norte para saber si ya hay presencia de ambos escarabajos.
Asimismo, señala que como parte del
equipo científico participa un bio-geógrafo que trabaja ya en un modelo
que permitirá conocer en cuánto tiempo y en qué regiones específicas se
presentarán las plagas; “se trata del doctor Andrés Lira, quien es
fundamental en la estrategia de gobierno para enfrentar al insecto.
“En las nuevas instalaciones de INECOL,
el nuevo edificio llamado Biominic, se abordará el problema a nivel
nacional desde diferentes perspectivas para hacer sinergias; este será
el proyecto bandera con el que se echarán a andar las nuevas
instalaciones. Mi participación consiste en las líneas de la Ecología
Química, tanto para volátiles del insectos y como para hongos”,
puntualiza la doctora Guillén Conde.
Finalmente, a pregunta expresa sobre
cómo pudieron haber llegado estos nocivos insectos de Asia a América, la
especialista refiere que la hipótesis que tiene mayor peso actualmente
es que se alojaron en la madera para embalaje de mercancía, donde bien
pudo tener presencia en forma de huevo, larva, pupa o adulto.