El aguacate es una fruta nativa de América. El nombre viene de la lengua nahua (aguacatl). Los conquistadores españoles difundieron ese nombre. Nuestros aborígenes lo llamaban palta, con el que se conoce hasta Chile y Argentina.
Los españoles que vieron el aguacate, por primera vez, encontraron que se parecía mucho a la pera y hasta la llamaron pera americana, se comían con azúcar.
Por el delicado sabor que tenía y la abundante pulpa, los españoles introdujeron su cultivo en España, al comienzo con poco éxito. Mucho más tarde el cultivo desde México avanzó a California y desde este como de otros países, se extendió a varios de Europa. En la década del 50, Israel tenía ya excelentes cultivos.
Por siglos el interés del aguacate ha estado restringido a la alimentación, ingerido directamente o formando parte de numerosas recetas culinarias. En los años recientes y sobre todo gracias a las investigaciones químicas se ha establecido su valor nutritivo y más todavía su importancia médica.
En primer lugar, se trata de la fruta más rica en grasas. Las frutas dulces tienen 0,5 y 1,0% de grasas. El aguacate tiene entre 15 y 20%. Lo extraordinario es también que más del 60% es ácido graso monoinsaturado. Entre los efectos fisiológicos que produce están: 1) inhibición de la absorción intestinal del colesterol y 2) la disminución, en la sangre, del colesterol "malo" (LDL) con el aumento relativo del colesterol "bueno" (HDL) y además la disminución de los triglicéridos, todo lo cual repercute en la buena salud cardiovascular y prevención del infarto cardiaco y otros trastornos. Entre otras sustancias químicas se encuentran las siguientes: glutation, beta-sitosterol, luteína; derivados xánticos, tiamina, riboflavina, niacina, biotina, vitaminas E y K, ácido fólico, ácido pantoténico, un alto contenido de potasio y muy bajo de sodio.
El glutation, tiene acción antioxidante y neutraliza a radicales libres. En el aguacate hay una concentración tres veces mayor que en muchas frutas como: banano, manzana, pera y melón.
Beta-sitosterol, es una carotenoide, común en muchas frutas, pero en el aguacate se encuentra en mayor proporción, más de cuatro veces que en la manzana, banano, durazno, y más de dos veces que en los granos como maíz, soya o aceitunas. Además, la grasa del aguacate permite una mayor absorción de los carotenoides en el intestino y estos, a su vez, impiden la absorción del colesterol. Inhiben el desarrollo de ciertos cánceres en animales de laboratorio. Favorece la cicatrización de quemaduras y heridas.
Luteína, protege a los ojos del efecto de los rayos ultravioleta y disminuye la fotosensibilidad con una potencia mayor diez veces que la vitamina E. También previene los trastornos prostáticos de la tercera edad. Además, en asocio del licopeno, del tomate, desarrolla algunas actividades antineoplásicas.
Antidiabético debido a varios de los componentes químicos el aguacate tiene también actividad preventiva de la diabetes tipo II y de algunos tipos de cánceres.
En pocas palabras, más allá de su valor alimentario, ofrece importantes acciones preventivas contra algunas enfermedades.
Fuente: Revista el Aguacatero, aproam.com
L.A.E. DALIA JIMENEZ
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