Ya que las frutas se propagan por medio de semillas, su progenie no crece lejos del árbol. Por lo tanto, su única oportunidad de esparcir sus semillas a lo lejos es que los animales se las coman y luego las “planten” en otro lado cuando defequen. La semilla enorme del aguacate presenta un riesgo grave o incluso puede producir la muerte de un animal contemporáneo si este la traga pero, aparentemente, los aguacates coevolucionaron con los perezosos terrestres y eran comidas originalmente por los gonfotéridos: criaturas inmensas parecidas a elefantes que vivieron durante el periodo Mioceno y Plioceno, hace miles y miles de años, quienes arrancaban felizmente la fruta con sus fuertes trompas, las masticaban con sus enormes dientes y pasaban las semillas a la tierra, cómodamente.
El problema, evidentemente, es que los gonfotéridos ya no existen, y, sin embargo, los aguacates sí. En su libro The Ghosts of Evolution, Connie Barlow, explica este fascinante fenómeno denominado “anacronismo evolutivo”:
La estrategia de
propagación del aguacate hacía mucho sentido a lo largo de la larga
existencia de su linaje; hasta el momento presente. Incluso después de
trece mil años, el aguacate no tiene idea de que los grandes mamíferos
ya no existen. Para el aguacate, los gonfotéridos y los perezosos
terrestres aún son posibilidades reales. Ladrones de pulpa como nosotros
cosechamos los beneficios.
En el siguiente video (en inglés), Joe
Hanson explica el curioso destino del aguacate y de aquellas frutas
parecidas que viven el fenómeno del anacronismo ecológico.
FUENTE: http://www.ecoosfera.com/2013/12/la-fascinante-historia-del-aguacate-una-fruta-que-debio-extinguirse-hace-millones-de-anos/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario